viernes, 29 de noviembre de 2019

Discurso de instalación de la 19a Asamblea Nacional de Delegados y delegadas de la Unión Sindical Obrera


Discurso de instalación de la 19a Asamblea Nacional de Delegados y delegadas de la Unión Sindical Obrera

28 y 29 de noviembre del 2019

Apreciados compañeros y compañeras asambleístas, invitados fraternales, dirigentes políticos y de organizaciones sindicales hermanas, bienvenidos a nuestra decimonovena Asamblea Nacional de Delegados y delegadas.

Mi vida sindical no es muy larga, pero ha sido intensa. Pero en este corto tiempo siempre he creído que una organización sindical tenemos que ir adecuándola al modelo de sociedad que, como trabajadores y sindicalistas, soñamos: Democrática, plural, igualitaria[1], incluyente[2], participativa, en la que los trabajadores y trabajadoras sean vanguardia y protagonistas desde las organizaciones sindicales hacia la interlocución laboral y social[3], un sindicalismo capaz de resolver sus diferencias para cumplir su misión fundacional, progresista[4].  Un movimiento obrero con identidad de clase que reconozca aquello de que “Una sociedad mejor es una sociedad capaz de tener mejores conflictos” como lo dijo Estanislao Zuleta.[5]

Esta asamblea coincide con nuestro primer año de Junta Directiva. Esta Junta mantiene el rumbo que iniciamos hace 4 años bajo la presidencia del compañero Cesar Loza, legado que acompañé y que defiendo porque hemos avanzado.

Las cifras de sindicalización y de cobertura de la negociación en el sector petrolero han crecido y así lo explicaré en detalle más adelante. Le entregamos a los trabajadores petroleros directos y tercerizados de Ecopetrol, en medio del gobierno ultraconservador de Duque, una convención colectiva.

Hemos enfrentado importantes retos juntos, en equipo, con Ustedes, con intensos debates, en los que hemos sido siempre respetuosos de las reglas de la democracia sindical, de la deliberación respetuosa con compañeros y compañeras con los que compartimos acuerdos en lo esencial, siempre buscando consensos. Nos la pasamos aguantando ante la posibilidad de que nos vendan la empresa o nos quiten derechos laborales. Siempre intentando recuperar derechos perdidos, a pesar de los tiempos difíciles que vivimos los trabajadores, no solo en el sector petrolero, sino en el país y en el mundo.

También hemos cometido errores, somos humanos. En el pasado otros también cometieron errores y aunque hemos tratado de aprender de ellos y no podemos juzgarlos sin contexto, seguimos cayendo y volviéndonos a levantar.

Como decía Carlos Marx, la historia no hace nada, no posee una riqueza inmensa, no libra combates[6]. Él nos recuerda que es el hombre o la mujer real y vivo quien hace todo eso, es el que empuña las armas y hace la historia.  Lenin por su parte decía que los marxistas deben sujetarse a los hechos exactos de la realidad, sin aferrarse a las teorías del ayer que no abarcan la complejidad de la vida[7]. Por eso, y aunque debemos enriquecer su legado y honrarlo, las pasadas generaciones no pueden imponernos a las nuevas sus ambiciones aplazadas.[8]

Basta releer la biografía autorizada de la USO, dirigida por el maestro Renán Vega Cantor, que supongo todos y todas ya habrán leído, para darnos cuenta de que históricamente la USO ha tenido aciertos y desaciertos, altas y bajas por doquier. Conocer la historia es imprescindible para cualquiera que se plantee ejercer un liderazgo político o sindical eficaz, que conozca otras experiencias para intentar avanzar.

Nos equivocamos, la vida es dura y lo sabemos, y a medida que envejecemos nos vamos dando cuenta que hay cosas que no podemos cambiar, sobre nosotros mismos y sobre la humanidad, pero siempre será mejor hacer algo que no hacer nada.

Que nos juzguen por hacer, pero no por dejar de hacer, no podemos tener miedo. Siempre será mejor avanzar que quedarnos quietos. Lula lo dijo el año pasado antes de ir preso, detrás de una movilización o una huelga lo que vale “es lo que está metido de teoría política, de conocimiento político, y de tesis política” en las luchas de los trabajadores.[9]

La teoría de las necesidades nos indica que las necesidades humanas cambian, se diversifican y se amplían a medida que asuntos más primarios se van resolviendo. Pero nunca olvidemos que hay 23 millones de trabajadores explotados junto a nosotros[10], esperando que los organicemos y logremos lo que otros han conquistado ya. Por eso nos llena de alegría cuando logramos mejorar las condiciones laborales de cientos de trabajadores tercerizados a través de la negociación colectiva. Quizás a algunos aquí pueda parecerles insignificante, pero para los trabajadores y trabajadoras que viven la angustia de la precariedad, el acoso como drama cotidiano o la hostilidad antisindical ha significado mucho.  

Este encuentro con Ustedes ha estado precedido de mucha desinformación, nosotros estamos en completa disposición de aclarar y responder. En público o en privado. Nuestro pequeño modelo de sociedad llamado sindicato, el que construimos todos los días, entre todos y todas, porque sindicato somos todos y todas, también se ve afectado por la irresponsabilidad de quienes, desde fuera o desde adentro, usan las redes sociales para manipular y distorsionar la verdad o inocular el odio. Las redes son más bien, en nuestros tiempos, como lo dijo el doctor en Sociología del derecho Boaventura de Sousa Santos, “destructoras de la democracia”, puesto que “en política hay más emociones que argumentos”[11]. Que sea esta la oportunidad para escuchar argumentos.

Esta asamblea también ha estado anticipada por una premisa que pareciera ser una herejía: que la USO ha cambiado.  Y claro que hemos cambiado y vamos a seguir cambiando. Tuvimos que hacerlo para sobrevivir. Nos lo recomendó a los trabajadores, en 1988, uno de los historiadores más influyentes del siglo XX, Eric Hobsbawm, al decir que nosotros tenemos que cambiar más que nadie, puesto que como movimiento estamos más atrapados en la historia.

¿Qué sería de nosotros si hace 15 años, justo después de la huelga de 2004, (que nunca evaluamos) no hubiésemos tomado la valiente decisión de permitir el ingreso de tercerizados al sindicato y luchar por sus derechos? Nos habrían reducido a un anacronismo inocuo, lo que sorprende es que todavía hoy para algunos sindicatos incluir a los compañeros y compañeras tercerizados es un anatema. Creo que los sindicatos no son clubes y que esta es una de las transformaciones más exitosas en la historia de la USO. El mundo ha cambiado, los trabajadores y la clase obrera hemos cambiado, hoy los trabajadores aspiran a vivir mejor y libres de temor y eso no es pecado[12]. Eso no cambia nuestra histórica y más grande tarea: combatir el capitalismo y el neoliberalismo y derrotarlos.

¿Qué sería de esta generación de dirigentes si no hubiésemos luchado política y jurídicamente por el derecho de huelga ante la OIT y las cortes nacionales? Tendríamos 248 despedidos y una derrota sin atenuantes. Pero nos levantamos y no desfallecimos, por eso es la única huelga que no tiene damnificados y hoy somos 25 mil afiliados y afiliadas. Pocos en su momento creyeron en eso. Casi todos valoramos nuestra capacidad para leer el momento y actuar, de ir a la ofensiva y no quedarnos esperando el siguiente ataque del empresariado.

Muchos de los aquí presentes llegan por primera vez a una Asamblea Nacional de Delegados y Delegadas, bienvenidos y bienvenidas, es bueno que haya renovación. También llegan por primera vez dirigentes de subdirectivas. Este es un gran escenario de deliberación política y sindical, de los más importantes del país. Debemos hacer de esta asamblea un cursillo de educación para las masas.

Aquí nos encontramos con otros compañeros de la industria, unos con mejores condiciones laborales que otros. Del sector público y privado. De una compleja e incómoda industria que desde afuera miran con desdén, porque a pesar de que producimos la mayor plusvalía, parece estar en decadencia. Bienvenidos y bienvenidas, conversen entre ustedes. Debatan. El verdadero diálogo es hablar con el que piensa distinto[13].

Pero quiero ser contundente. En lo que todos aquí debemos estar de acuerdo es en una sola cosa operativa, en las reglas del juego y, particularmente, en las de la democracia sindical que son las que los trabajadores hemos plasmado durante años en los estatutos: el respeto por los resultados electorales, la deliberación, la insistencia en los acuerdos y en últimas, la decisión por mayorías [14]. No hay otra forma de resolver los asuntos que no generan consenso.

Y si quieren cambiar estas reglas, como varias veces las hemos cambiado, tenemos que convocarnos para eso, haciendo una gran deliberación previa con las bases. Tengo la convicción política de la necesidad de democratizar más a esta organización sindical, de pasar de la democracia “representativa” a la democracia “participativa”[15], el voto para elegir dirigentes es solo una de las expresiones de participación, no es la única.

Necesitamos llevar más reglas democráticas a los estatutos, que usemos los medios virtuales, que usemos la era de la información para bien de nuestra organización.  Hace dos años presentamos una ambiciosa propuesta de reforma estatutaria para meterle más democracia al sindicato, con una visión amplia de la definición, como la que desarrolló Estanislao Zuleta que no la concebía solamente como “un torneo electoral con reglas claras y protección formal de las minorías”. Trabajemos en eso.

También debemos estar de acuerdo en el respeto por las personas y por la diferencia. No podemos estar reclamando al establecimiento el respeto por pensar diferente y por ser minoría y entre nosotros agredirnos ante el disenso y masacrarnos verbalmente. Como lo propone el profesor Jairo Villegas, falta “construir una cultura política y sindical de la pluralidad, entendida como capacidad para la convivencia democrática, de tolerancia en la diferencia, a aceptar que no todos deben pensar igual, que existe el derecho a pensar distinto”.[16]

Somos compañeros y compañeras. Con diferentes posturas políticas, ideológicas y diversas formas de ver el sindicalismo, la política, el trabajo y el mundo.  Eso hace y ha hecho grande al movimiento sindical y a la USO. La controversia es un terreno abonado para lograr un acuerdo modificable, decía Juan Felipe Gaviria. La democracia se maximiza y se enriquece en el disenso, dice el filósofo político Giovanni Sartori.

Con estas cortas palabras quiero dar apertura a esta asamblea. Recordemos que hacemos parte del sindicato más importante del país, que no somos solo el sindicato de Ecopetrol, que hacemos parte de una industria y que queremos hacer parte de una cadena de suministro, el minero energético, y eso nos exige mirar más allá de nuestro sitio de trabajo, de nuestros problemas particulares, que en ocasiones son más pequeños que los de otros trabajadores aun explotados. Recordemos que estamos en un contexto de movilización nacional en el que paradójicamente, estamos inmovilizados. Recordamos que el país espera más de nosotros para contribuir a los cambios sociales que necesitamos.

Hay muchas personas, organizaciones y trabajadores que están atentos a lo que aquí ocurra. Cada debate, cada palabra, cada decisión, ojalá esté precedida de más y mejores debates. Por el bien del país, de la democracia, de la sociedad y de los trabajadores, por el bien del sindicato.

Y, por último, parafraseando a Aldous Huxley, uno de los grandes pensadores del siglo XX, seamos amables, generosos, fraternos y solidarios. Somos hermanos de clase, practiquemos fraternidad de clase.

Éxitos en sus deliberaciones.




[2] Con más mujeres y jóvenes.
[3] Como lo propone el maestro Jairo Villegas en su última publicación. Pág. 85.
[4] Como recomienda el profesor Jairo Villegas Arbeláez en su más reciente publicación: “la pluralidad, la tolerancia y la inclusión, es una característica de una actitud abierta que supone el conocimiento, el estudio, la investigación, la creación argumental de las ideas, una actitud difícil y compleja, creativa, sin prejuicios ni certezas absolutas, pensando, enfrentando la duda, siempre aprendiendo, respetando la divergencia, controvirtiendo, tolerando e incluyendo al contradictor, asumiendo la divergencia, la diferencia, como riqueza que suma o atrae para el conocimiento; el debate de las ideas distintas como un escenario activo de participación o creación colectiva que conlleva al resultado de afirmar o cambiar nuestros puntos de vista, todo ello, en democracia, dentro de la unidad indisoluble integrada por la riqueza del disenso y la fortaleza del consenso o de la mayoría y la minoría” Cfr. “Sindicatos. ¿Qué sucede? Editorial Ibáñez. 2019.
[5] Citado y valorado por GAVIRIA, Alejandro en “alguien tiene que llevar la contraria”. Bogotá. 2016.
[6] EAGLETON, Terry. “Porqué Marx Tenía la razón” Pág. 60
[10]Los seres humanos nunca logramos satisfacer nuestras necesidades básicas, pues estas cambian, son dinámicas, están historia y socialmente determinadas. Necesitamos los que otros tienen o quieren los otros. … vivimos en un ciclo eterno de deseos incumplidos y descartados… nada parece saciarnos” GAVIRIA, Alejandro. “Siquiera tenemos las palabras”. Editorial Ariel. 2019. Pág. 210
[15]La democracia representativa ya no representa nada”: CRISTIAN LAVAL, Ideas, El país, España. Noviembre 8. Pág. 8.
[16] VILLEGAS, Arbeláez Jairo. “Sindicatos. ¿Qué sucede? Editorial Ibáñez, Bogotá. Tercera Edición 2019.

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